LAS MASCARAS DEL ANTIGUO EGIPTO
Formando parte central de los
ritos funerarios, las máscaras egipcias fueron la fiel
manifestación de la creencia en la vida después de la muerte de
la legendaria cultura egipcia. En base a ello, elaboraron estos
artículos fúnebres para cubrir los rostros de sus fallecidos, y así prepararlos
para que pudieran superar todos los obstáculos del mundo espiritual.
Características
y tipos de máscaras egipcias.
En un principio, para hacer las máscaras
egipcias se utilizaban materiales como la cal, madera, lino y
fibras, con la técnica del moldeado de las facciones del difunto,
conocido como cartonaje, luego pintadas daban
la apariencia de haber sido realizadas en oro. Sin embargo, este procedimiento
se perfeccionó hasta ser elaboradas completamente en oro genuino.
En este sentido, se pensaba que el oro tenía los mismos poderes que el dios del
sol, Ra. Otro punto que se tomaba en cuenta en la fabricación de
las mismas, en cuanto a componentes y calidad de confección, era
el estatus social del muerto.
Había
en la cultura egipcia dos tipos de máscaras:
Ceremoniales.
Se utilizaban en celebraciones
sagradas y eran representadas con rostros de animales que
simbolizaban sus deidades, como por ejemplo el halcón escenificaba
a Horus, el dios del cielo, la guerra y la caza.
Mortuorias.
Siendo las más usadas,
normalmente eran moldes de la cara de un faraón fallecido para
asegurar que su alma identificara a su cuerpo, en otras palabras, los egipcios
veían que era la manera de establecer una conexión entre el espíritu de la
persona y la vida espiritual, además se perseguía el objetivo de
honrarlo e idealizarlo.
Las
máscaras egipcias más importantes.
De acuerdo a los tipos de
máscaras que utilizaron los
egipcios, hay dos que son reconocidas por su importancia:
Tutankamon.
Es
la más conocida de todas, fue elaborada en oro, cornalina, turquesa,
lapislázuli, pasta vítrea, cuarzo, y obsidiana, entre los años 1354
y 1340 A.C., y hallada en el Valle de los Reyes en 1922. Esta
máscara de unos 54 centímetros de alto, representa al joven monarca
Tutankamon, faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Para la humanidad esta
obra de arte, que refleja la expresión triste pero tranquila de una juventud
truncada por la muerte, es la más representativa de los faraones
egipcios por su belleza y maestría técnica.
Sacerdotes
de Anubis.
Manifestándose como el dios de los
muertos, fue la máscara usada por los sacerdotes durante el proceso de
embalsamiento de los faraones. Anubis era expresado con un rostro
de chacal de color negro, que infería la tonalidad de la putrefacción de
los cuerpos, la tierra fértil y la resurrección.
De esta manera las máscaras de
la cultura egipcia constituyen una pieza clave para entender
sus creencias religiosas.
EL ARTE DEL MAQUILLAJE EN EL ANTIGUO EGIPTO.
La historia del maquillaje en Egipto
comienza 4.000 años a.C, antes de los primeros faraones y del nacimiento de la
cultura jeroglífica. En sus ritos funerarios, se colocaba cerca del rostro del
muerto una paleta junto con un pequeño rodillo que servía como machacador. Este
objeto, a veces en forma de pez, podía utilizarse para machacar la malaquita (verde)
que se utilizaba para el maquillaje de ojos.
Desde principios del Antiguo Imperio
(2.600 a 2.200 a.C.), el maquillaje formaba parte de la lista de ofrendas
funerarias. Lo llamaban uadju que significa polvo
verde.
Entre los primeros ejemplos de la
estatuaria del Antiguo Imperio figura Sepa, gran funcionario que vivió
bajo la III dinastía, quien construyó la primera pirámide para seducir a la
bella Nesa y se le representa al lado de su amada. Sus ojos están
decorados con una línea ancha verde dibujado sobre el párpado
inferior. Ésta es una de las más antiguas formas que se conocen para embellecer
el ojo.
El maquillaje verde parece
subsistir hasta la IV dinástía y más tarde desaparece dejando lugar al negro.
El predominio de la galena en las materias analizadas por los
investigadores se confirma por la presencia del maquillaje negro en
la lista de ofrendas funerarias a partir de la época de Kéops.
El negro se describe por el término mesdemet que,
aplicado al ojo significaría hacer hablar los ojos, hacerlos expresivos ó pintar
los ojos.
El ojo negro prolongado como de
una gota se encuentra en numerosos sarcófagos: se trata
del ojo del Dios Horus, símbolo de la integridad, a quien se
representaba con una cabeza de halcón, un animal cuyo ojo está naturalmente rodeado
de un círculo negro, y que sin duda alguna inspiró a los artistas.
Asimismo, se han observado varios maquillajes de ojos negros en las
estatuas y en la pintura desde la IV dinastía en adelante: La princesa
Nefertiabet, ataviada con su vestido de piel de pantera, se maquillaba los ojos
con una línea negra alargada ligeramente hacia la sien y la nariz.
Durante la XVIII dinastía, la línea
cosmética evoluciona. Como prueba de ello tenemos los maquillajes de
Senynefer, jefe del gabinete del rey y de su esposa, o de Amenofis III. Los
primeros presentan un fino trazo negro alrededor del ojo prolongado
por una ancha franja paralela a la línea de las cejas, negro profundo para
ella, azul grisáceo para él. En la época del rey Amenofis III, se rodeaba a
veces el ojo con una ancha línea negra, sin prolongarse por ninguno de los lados.
A pesar de que predominaban los
maquillajes verdes y negros, los egipcios disponían de pigmentos
variados como la cerusita natural que permitía obtener un polvo blanco y
que, añadida a la galena negra, ofrecía toda una gama de grises. La pintura y
la estutaria revelan la existencia de una paleta de colores más
amplia que la utilizada por los artistas. El maquillaje representado no siempre
correspondía a una coloración real sino que tomaba entonces un valor
simbólico.
Los artistas utilizaban
principalmente el azul egipcio, un producto sintético
compuesto de cobre, natrón y caliza. Así, se observa un trazo azul
en lugar de negro en algunas estatuas y sarcófagos, sin embargo, ningún recipiente
cosmético ha mostrado hasta hoy la presencia de esta materia. Los artistas
utilizaban también el amarillo, constituido de polvo dorado u
ocre.
Con el fin de obtener las
composiciones irisadas o mates, los egipcios utilizaban polvos de galena. Según
la forma de trituración, los polvos conservaban el resplandor metálico
brillante de la galena negra azulada bruta o tomaba un color negro
mate. La galena, mezclada con polvos blancos, ofrecía una paleta de matices
de grises irisados o mates.
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